Por: Web Vinatea

Alta rotación en dirección de Sunafil afecta predictibilidad

La alta rotación y falta de una dirección estable en la autoridad central impiden seguir una hoja de ruta clara, afectando una real formalización de aquellos trabajadores que no tienen acceso a condiciones mínimas de protección social y laboral.

Nadie puede soslayar los importantes esfuerzos que hace la SUNAFIL para asegurar el cumplimiento de las normas laborales. Se observa loables iniciativas para estar más cerca del ciudadano con una constante presencia en redes sociales, generando interacción con público de todas las edades, convirtiéndose en una de las formas más comunes en la que se canalizan los conflictos laborales (más que los juicios labores, inclusive), al ofrecer rapidez, gratuidad y facilidad para formalizar una denuncia.

En esa línea, se ha anunciado que para el 2025 contará con 86 plazas para inspectores auxiliares, lo que haría un total de 864 inspectores a nivel nacional, lo que permite avizorar un incremento de fiscalizaciones para el próximo año, pero de mayor complejidad.

La dirección de Sunafil en constante cambio

Sin embargo, si bien el sistema inspectivo se soporta en gran medida en el trabajo de los inspectores, también necesita cumplir una serie de directrices con el fin de que mantenga su papel de organismo técnico especializado. En esa línea, la dirección ejecutiva de la SUNAFIL descansa en el superintendente, quien tiene como tarea principal ejecutar las políticas públicas de inspección del trabajo y la Ley prevé una designación por 3 años, lo que permite que la fiscalización pueda cumplir planes y políticas del Estado, evitando así que la coyuntura política afecte su función. Pese a ello, desde el 28 de julio de 2021 a la fecha, se han designado o encargado hasta 7 superintendentes que, en promedio, estuvieron en el cargo tan sólo 5.6 meses.

¿Cómo afecta la alta rotación en dirección de Sunafil?

La alta rotación y falta de una dirección estable en la autoridad central impiden seguir una hoja de ruta clara, afectando una real formalización de aquellos trabajadores que no tienen acceso a condiciones mínimas de protección social y laboral, esto es, que no cuentan con un seguro de salud, régimen pensionario, vacaciones, CTS, entre otros beneficios; y que la gran mayoría de inspecciones siga concentrándose en el ámbito formal, bajo una fórmula mayoritariamente punitiva.

Tal es así que cuando se muestran resultados, estos se enfocan en la cantidad de actas de infracción y multas impuestas. Si a ello le sumamos la contratación de más personal para el área de cobranza, pareciera que también existe la necesidad de recaudar con mayor rapidez las multas, lo que diera la impresión de contravenir la razón inicial por la que existe la inspección que es promover el cumplimiento de las normas laborales y de seguridad y salud en el trabajo. 

Situación actual del Tribunal de Fiscalización Laboral

Ahora bien, este sistema que debe tener pesos y contrapesos (recodemos que los ciudadanos le otorgamos al Estado el poder de fiscalizarnos, pero dentro de determinados límites), también previó la existencia del Tribunal de Fiscalización Laboral (TFL), que en última instancia resuelve los casos de infracciones muy graves y que es el llamado a marcar las tendencias en la forma que debe resolverse un caso (jurisprudencia administrativa).

Este Tribunal, que debería estar compuesto por tres Salas; desde el inicio de sus actividades (marzo de 2021), sólo ha tenido una Sala y ha resuelto a setiembre de 2024 más de 4 mil casos, muchas veces contradictorios entre sí; ha emitido 49 precedentes vinculantes que deberían ser de observancia obligatoria para las instancias inferiores; incluso, ha declarado la nulidad de sus propias resoluciones pues advirtió la vulneración de algún derecho constitucional.

El Tribunal en la actualidad tiene un retraso para emitir su decisión de 12 a 15 meses (según la ley debería resolverse a los 30 días de interpuesto el recurso de revisión).

En esta línea, cabe preguntarnos ¿para la eficacia del sistema inspectivo basta tener más inspectores de trabajo, que es una medida saludable, o es necesario que la dirección de la SUNAFIL tenga mayor estabilidad, observando el periodo de designación que establece la ley? ¿No sería oportuno convocar a concurso de vocales para el TFL, tanto para remplazar a los que están por cumplir su mandato en la primera Sala, como para instalar la segunda, a la brevedad?

Conclusiones

Es momento de tener una dirección más clara, orientada a lo realmente importante: revertir el sesgo de estar ausentes ante la gran informalidad y sólo enfatizar un rol punitivo que afecta al sector formal; debemos pasar a plasmar una política de largo aliento con una dirección más estable en el tiempo que genere certezas y confianza. También a aspirar a un Tribunal que decida de forma consensuada, técnica, con una sólida base administrativa y que permita saber cómo se va a resolver un caso y en un tiempo razonable. Pero, sobre todo, permita entender a los administrados la forma en la que se debe actuar de cara al cumplimiento de la normativa laboral. 

También puede interesarte

Eduardo Mercado Villarán
Socio de V&T

6 minutos de lectura

3 diciembre, 2024

Comparte

Más del autor