Jorge Toyama
Socio de Vinatea & Toyama
Debemos despolitizar la RMV. Para ello, es indispensable un acuerdo tripartito en el CNT o una Ley de Mínimos Vitales.
El Ministro de Trabajo ha indicado su disposición para fijar reglas de revisiones anuales de la Remuneración Mínima Vital (RMV), con criterios como la inflación efectiva, luego de pasar por el diálogo social.
La actual RMV se incrementó hace sólo cuatro meses, sin diálogo social ni conocerse los sustentos técnicos del monto aumentado. Pareciera apresurado traer de nuevo a debate este tema y sin, justamente, proponer al Consejo Nacional del Trabajo (CNT) la pertinencia de una regulación, así como el proceso y las condiciones para evaluar un aumento.
Estamos de acuerdo que se debe despolitizar el mínimo vital. Para ello, es indispensable un acuerdo tripartito en el CNT o una ley de mínimos vitales (Ley RMV). Evidentemente, lo preferible es que, por acuerdo unánime de Estado, empresas y sindicatos, se apruebe la fórmula y un protocolo simple y fácil de aplicar.
Afrontar los viejos problemas del mercado de trabajo (agravados por las crisis sanitaria, económica y política) deben ser la prioridad del gobierno: informalidad al 76%, la mitad de los peruanos gana menos que la RMV, altas tasas de desempleo, jóvenes NINI (ni trabajan ni estudian) que superan el millón y medio, protección social solo para uno de cada cinco peruanos, etc. Debates como la RMV no guardan relación con estos problemas sino hasta podrían agravar la precaria situación del trabajador, especialmente de la Mype.
Si no hay consensos en el CNT, se requeriría priorizar una ley de RMV que despolitice el debate. Idealmente, cada dos o tres años deberían evaluarse: a) los sueldos y productividad del mercado laboral, b) la inflación (los alcances de “inflación efectiva”) y c) la evolución del PBI, para que en base a ello el CNT busque fijar una nueva RMV, que estaría vigente luego de tres a cuatro meses de aprobada. Si no hay acuerdo, recién el Estado podría intervenir para evaluar subir la RMV, pero con la obligación de sustentar técnicamente los criterios empleados.
Parece poco recomendable, dada la alta informalidad peruana y la cultura de evasión, que se fijen mínimos por regiones, sectores económicos o tamaño de empresas. Sí sería necesario fijar una RMV por hora trabajada (en tiempos de trabajo remoto y tiempos parciales), subsidiar a las Mypes de subsistencia que suelen pagar un monto menor a los trabajadores y establecer topes a los pagos en especie que conforman el mínimo legal.
En nuestro país se necesitan dar beneficios, pero ligarlos a la productividad y formalidad, estimulando la creación de valor en las empresas y potenciando que los trabajadores se orienten a la mejora continua. La entrega de aumentos o bonos no salariales por productividad o alto rendimiento es más relevante en el Perú, que tiene la mitad de productividad que un trabajador chileno, antes que fijar aumentos salariales planos y generales.