La obligación de aislamiento social aceleró la implementación del trabajo remoto y la automatización. Para Anthony Middlebroock, consultor de Recursos Humanos y ex vicepresidente de recursos humanos de Alicorp, este escenario ha revelado los obstáculos del país en el camino a la transformación digital.
Uno de los principales impactos del avance de la epidemia del coronavirus en nuestro país ha sido el cambio en las dinámicas laborales y sus consecuencias económicas. Las reuniones de trabajo se han transformado en videollamadas, los procesos son monitoreados remotamente o han pasado a automatizarse y se habla de compartir los documentos importantes desde la nube.
“Esta crisis sanitaria está siendo una especie de ensayo para ver si estamos preparados”, señala Anthony Middlebroock, exvicepresidente de recursos humanos de Alicorp. Para el experto en manejo de crisis, esta pandemia ha removido profundamente a los empleadores y alterado sus procesos y rutinas desde sus bases.
Proceso acelerado
Estas transformaciones han logrado ser bien recibidas por algunas organizaciones que ya tenían a la digitalización como una política de recursos humanos. Según un reporte de la consultora Real Time Management (RTM), el 70 % de las empresas peruanas ya llevaba dos años en el proceso de realizar esa conversión. Sin embargo, estamos viendo en esta cuarentena que adoptar la modalidad del teletrabajo en su totalidad y a una escala mayor representa un desafío.
Existen factores, tanto internos en las empresas, como externos y a nivel país que constituyen retos para lograr un rediseño de la fuerza laborar y pasar al smartworking que compañías como LG Electronics ya aplican. Entre los más urgentes de resolver, Middlebroock señala tres:
1. Vacíos legales en la ley del Teletrabajo
Para Middlebroock, en nuestro país existen vacíos legales que no facilitan la implementación del teletrabajo. Nuestra legislación no se adapta a posiciones nuevas de trabajo con plataformas digitales como los servicios de taxis por aplicación o deliverys. Esto representa un retraso en la reconversión laboral, básicamente por sobreproteccionismo que solo protege a menos del 7% u 8% de la Población Económica Activa (PEA).
2. El diseño de los puestos de trabajo
Alrededor del 70% de los trabajos en el sistema privado siguen siendo de modo presencial. En las plantas de manufactura, los centros de salud, las operaciones en minas y más, aún se requiere de operarios que deben estar presentes ya que no existe una implementación de robótica y automatización. Mientras, el otro 30% tiene posiciones de coordinación y supervisión que, sin el manejo de herramientas digitales y la adecuación de puestos, aún deben ejercerse presencialmente.
3. Las capacidades de coordinación
El teletrabajo le da la oportunidad a personas talentosas que no pueden estar dentro de horarios normales. Usualmente, posiciones de diseño, análisis y otras más que no requieren de rigurosos procesos de coordinación. En el caso de las posiciones gerenciales, estas deben trabajar bajo el ritmo de la empresa y con soluciones inmediatas y casi diarias, por lo que se requiere de su presencia. Las capacidades de gestión deben flexibilizarse y adaptarse a las nuevas tecnologías.
En un escenario en el que la Industria 4.0 está a la vuelta de la esquina -se espera que para el 2025, según el Foro Económico Mundial, alrededor de 75 millones de empleos se vean afectados por la automatización– es necesario superar estos tres retos, comenzar a invertir en la formación de profesionales con estas habilidades y acomodar los modelos de gerencia a esta tendencia para adaptarse a la nueva revolución.
Si te interesó este tema y buscas más información sobre cómo manejar a tu organización en este tiempo de crisis, MIRA el episodio 3 de Vinatea & Toyama Podcast Vinatea con Anthony Middlebroock como invitado.