Jorge Toyama Miyagusuku
Socio de Vinatea & Toyama
La clave es que los trabajadores y confíen en sus jefes y que haya procesos transparentes para encontrar soluciones.
El clima de polarización e inestabilidad que vive nuestro país se refleja en la conflictividad laboral. Este año, las acciones colectivas de protestas laborales lideran los niveles de conflictividad en el país. Hemos calculado que, por cada 36 trabajadores peruanos se genera un reclamo laboral, ya sea mediante una inspección de la Sunafil o un juicio en el Poder Judicial. De hecho, en tres años, las inspecciones se han duplicado y los juicios laborales son la segunda materia más demanda del país, detrás de los temas de familia y superior a los asuntos penales.
A partir de esta constatación, trabajamos el primer Estudio de Conflictividad Laboral (ECLA) para indagar si lo que se apreciaba en la información pública, se vivía en los centros de trabajo del sector privado. Los conflictos laborales nacen en las empresas y, si no encuentran un cauce internamente, escalan a las calles, a las redes sociales, a los inspectores o a los jueces laborales.
Más de 150 líderes de Recursos Humanos participaron en el ECLA, encuesta aplicada a todos los sectores económicos y a empresas que tienen más de 100 trabajadores en planillas. Según las respuestas recibidas, el 46% considera que los conflictos laborales se han incrementado este año mientras que el 53% estimó que el 2023 se incrementará mucho más. Actualmente, solo 37% considera que los conflictos se han mantenido igual mientras que sólo el 17% dice que ha disminuido.
La coyuntura económica (inflación especialmente), la crisis política y los efectos de la pandemia (sobre todo, su impacto en la mayor desigualdad de ingresos), genera en las empresas mayores tensiones y reclamos. Los conflictos se expresan y canalizan de diversas maneras. Los gerentes de Recursos Humanos indican que el mayor número de reclamos se manifiesta ante los jefes y supervisores (72%) y el 21% utiliza las denuncias anónimas, pero, luego, siguen los reclamos ante Sunafil (53%) y el Poder Judicial (38%). El uso de plantones y huelgas es bajo por el nivel de sindicalización (18%), pero es mayor que las denuncias en redes sociales (11%).
¿Cuáles son las causas principales de los conflictos laborales? El clima laboral largamente destaca. La falta de comunicación (49%) y conexión de los jefes con los trabajadores (27%), así como el maltrato y abuso de los jefes (24%), lideran las razones de las controversias laborales. Otra causa es que, según los gerentes de Recursos Humanos, los trabajadores no sienten a los jefes como personas cercanas ni perciben que las empresas se preocupen por ellos, inclusive, no se les trataría con respeto ni consideración.
Luego, las presiones de líderes de sindicatos y trabajadores (46%) es una razón que no puede dejar de considerarse pues en ocasiones el trabajador peruano necesita de un catalizador para expresar sus incomodidades. Finalmente, tenemos que un 32% reclama por la falta de incrementos y beneficios. La ausencia de aumentos ante una inclemente inflación genera naturalmente reclamos sindicales y/o individuales.
¿Cómo reducir los conflictos?
Las empresas deben brindar las mejores condiciones para que los trabajadores encuentren un sentido de oportunidad para su desarrollo. Si las empresas consideran que la gestión de recursos humanos es el socio estratégico en sus organizaciones y que el trabajador está en el centro de sus decisiones, deben realmente trabajar para brindar bienestar desde la organización y sus jefes, conociendo, sus recursos, valores y necesidades, como señala el experto Jorge Yamamoto.
Los resultados de ECLA muestran que las empresas trabajarán el 2023 en mejorar el clima laboral y la satisfacción de los trabajadores (50%) así como la comunicación interna (49%), la cultura organizacional (36%), la capacitación y formación laboral (36%) y la retención del talento (35%). El incremento de sueldos y compensaciones aparece en segundo nivel con 38% quizás porque la revisión salarial anual es parte de los procesos de las empresas líderes y el “salario emocional” es el reto permanente más relevante de las empresas.
Las empresas sostenibles son las que tienen los mejores trabajadores, a todo nivel. No basta sólo con los mejores directores o gerentes. Son tan o más indispensables los trabajadores, operarios y empleados, así como los empleados de tercerizaciones e intermediaciones laborales. Para atraer, desarrollar y retener a los mejores trabajadores es fundamental el respeto y tratarlos como nos gustaría que nos traten.
Siempre habrá conflictos laborales, son naturales a la relación laboral. La clave es que los trabajadores confíen en sus jefes y que la empresa tenga procesos transparentes para encontrar las mejores soluciones. A mejor clima laboral, menores conflictos. Y la gestión de conflictos, corresponde a todos los jefes. Los jefes que son maltratadores sistemáticos deberían salir de las organizaciones, no los trabajadores que los soportan. Los jefes que inspiran al resto deben ascender en las empresas.